A veces buscamos tener una vida normal, sin ver lo extraordinaria que es en ese preciso momento. Nos cuesta mirar la abundancia que tenemos y solo vemos las necesidades a través de la comparación con los demás. Muchas veces, el sufrimiento proviene de esa comparación, alimentada por la envidia impuesta por estilos de vida promovidos por los
medios de comunicación. Así se han creado estándares de vida cada vez más superficiales… que debes tener un lindo cuerpo… que debes conocer a un buen hombre… que debes tener una familia con niñ@s… que debes ser exitosa… porque eso es una vida normal. En fin, la normalidad está sobrevalorada, al igual que el amor. Lo mejor del mundo es ser tú, sin patrones conservadores, sin estructuras heredadas por nuestros antepasados; solo vivir la abundancia y agradecer el presente, esperando con ansias el futuro.
M.C.V.S
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